“Podrán morir las personas, pero jamás sus ideas"

Últimamente el aire me trae el olor de los amaneceres y el recuerdo del Che Guevara, pese a que hayan transcurrido 41 años de su paso a la inmortalidad. Otro mundo es posible, por el que no dejará de luchar el género humano. Uno de equidad y solidaridad, sin explotación, saqueo de pueblos, ni guerras de rapiña.

La sensación de inconformidad con el presente y de serena confianza en el futuro hasta en los momentos más difíciles, es la parte de su recuerdo la que más viene a mi mente en estos días. Entramos de nuevo en tiempos acaso más difíciles y peligrosos que los que experimentó el mundo en vida del Che y, al unísono, crece una ola de rebeldía social contra una situación de inequidad e injusticia mayores que las de aquella época.

Poco más de una década ha sido suficiente para evidenciar la banalidad de la euforia derechista. Apenas ha existido tiempo para derrotar esa fábula en el debate intelectual porque ha sido arrollada por la realidad. Esta muestra lo que ya los propios políticos burgueses habían reconocido desde la Gran Depresión de 1929: el fracaso del libre mercado y de la democracia liberal para proporcionar bienestar y estabilidad, incluso en los países capitalistas centrales. Desde Chiapas hasta las ciudades de Estados Unidos y Europa, pasando por Palestina, Argentina, Bolivia y Brasil, son incontables los sitios donde se levanta nuevamente la bandera de la redención humana y las formas diversas que ésta toma.

El Che fue producto y a la vez uno de los artífices mayores de la cultura política de la Revolución. Hizo suyos el sufrimiento y las luchas de los pobres de América Latina y del mundo y comprendió que la derrota definitiva de la injusticia y la enajenación no es tarea de un pueblo, sino de todos los pueblos. Que la transformación de la realidad exige la creación de una nueva conciencia y una nueva ética sociales radicalmente opuestas a las del capitalismo, metas sólo alcanzables mediante el empeño colectivo y consciente en ellas de los individuos. El Che estaba lejos de ser el aventurero que han tratado de vendernos los pulpos mediáticos, y su pasión revolucionaria no le nubló nunca la capacidad de apreciar con el más crudo realismo la perspectiva política estratégica. Llamó a crear muchos Vietnam en un momento en que haberlo hecho podría haber cambiado en favor de los pueblos la correlación de fuerzas en la lucha contra el imperialismo y ahorrado grandes sufrimientos humanos. Pero también advirtió sobre la inviabilidad de la lucha armada popular bajo regímenes constitucionales. Porque odiaba la violencia, la forma más despiadada de imposición de los fuertes, se dio cuenta de la necesidad de la violencia de los débiles cuando los poderosos les cierran toda posibilidad de ser oídos por otros medios.

El Che es compañía entrañable en la pelea por frenar los designios bélicos delirantes de George W. Bush. Con todo y el colosal poder militar de que dispone, es evidente que la humanidad no aceptará ser arrastrada por sus concepciones racistas y excluyentes en las que Afganistán e Irak son sólo los primeros pasos de un proyecto fascista de dominación mundial. No es casual que el argentino-cubano sea inspirador y una de las banderas enarboladas por las expresiones de rechazo a ese proyecto que hoy vemos multiplicarse por el mundo. Desde su estelar caída en Bolivia ha motivado a cada nueva generación de inconformes. Aunque muchos no conozcan su complejo y refinado ideario, intuyen su raigal humanismo y el camino que señala hacia la esperanza y el futuro.






Encuentro imaginario surgido de la mente de: “el cadillo.org”

Ernesto Guevara había escuchado su música, pero sobre todo sus letras, y no quiso demorar ese encuentro inevitable, un extraño encuentro con otro luchador por la paz : John Lennon.

Chicago, 11 de agosto de 1966. John Lennon se refugió en una vieja cabina de grabación de radio para estar solo y relajarse. Recién salía de una conferencia de prensa bajo la presión del escándalo desatado por sus declaraciones en marzo al London Evening Standard (aunque en Estados Unidos se conoció esto a través de la revista Datebook ) donde afirmó que los Beatles ya eran más famosos que Jesucristo. Situación que en Estados Unidos propició el veto de su música en varias estaciones de radio.

Aquel 11 de agosto, Lennon con guitarra en mano, levantaba su mirada y ante él estaba otra figura de pelo largo y con sueños de libertad.


Guevara no sabía cantar pero tomó una guitarra y cantó, más bien gritó canciones sobre los oprimidos y las causas justas. John lo escuchó sin decir palabra alguna y el Che se fue así como llegó.

Ni John ni Ernesto comentaron nunca nada acerca de ese extraño encuentro.

Hoy se conoce la existencia de aquel miniconcierto secreto, y ya algunos se han aventurado en decir que ese encuentro marcó en definitiva la producción artística de John.

Otros hasta han llegado a escuchar fragmentos de aquellos "cantos" del Che en "Revolución #9", del álbum blanco de Los Beatles.

The Beatles - Revolution (subtitulado en español)

1 comentario:

Aningrid dijo...

habrá gente que, digan que no fue un buen estratega fue antiguos compañero decien que fue un "asesino despiadado" porque quizá en la lucha del che por una igualdad social su familia no haya sido favorecida, pero entonces habría que calificar de la misma manera a gente como bolivar, hidalgo, zapata, lenin, washington, rommel, churchill, cienfuegos y todos y cada uno de los movimientos sociales, independentistas y revolucionarios y habrá gente que diga que gracias a su lucha alcanzaron beneficios a los que antes no podían accesar

habrá quienes digan que gracias a la revolución en que participó en cuba todos tienen que comer, quizá no siempre carne o leche, pero todos comen, que todos tienen acceso a la educación al grado que es de los mas alfabetizados del mundo, que todos tienen acceso a la salud (la medicina cubana es de reconocimiento mundial), y quizá gente como alejandro dirá que por culpa de él no todos los días podría comer un rib eye o tomar medio litro de leche o vestir gap o estudiar en cambridge o la sorbona o tener un mercedes en lugar de viajar en guagua

mito no es, los mitos son aquéllos que son cuentos, fantasías o mentiras, fue una persona real con sus propias creencias, ideales y convicciones por las cuales luchó y murió, en mi muy particular punto de vista no es amado ni odiado, sino admirado y respetado por creer en sus ideales y luchar por ellos y dejar una huella de luchar por una igualdad social, por la gente y para la gente